Queremos ayudarte en este viaje de empoderamiento a través de tu cuidado personal, mostrando liderazgo, cuidando la postura y viéndote fuerte y elegante mientras trabajas intensamente para alcanzar tus objetivos.

Hola, soy Armando, un emprendedor que sueña con convertirse en empresario y luego en inversionista. Probablemente seas freelancer o independiente, o posiblemente ya estés jugando a niveles de Super Saiyajin y seas empresario/a o inversionista. Sin importar la etapa en la que estés, todos entendemos lo que se siente estar en tu lugar.

Las horas intensas de trabajo, trabajar los fines de semana, las horas de aprendizaje constante, hacer ejercicio, mostrar liderazgo, saber vender, jajajaja. Cuántas cosas uno aprende gracias a tomar este camino.

Y al mismo tiempo, nos da libertad, libertad en tiempo, experiencias, decisiones, Nos obliga a mejorar como personas y tenemos la oportunidad de crear un proyecto, nuestro proyecto con el cual contribuimos al mundo, en el que somos buenos, el que nos apasiona.

Bienvenido/a al mundo de los soñadores, de los que hacen las cosas por sí solos. De los que no se rinden, de los que se atreven y están dispuestos a ir tras sus sueños.

Para ti se creó DUX y esta es nuestra historia: 

Aprendiendo a emprender

Todo empezó hace años cuando decidí vender pantallas de celular. Era mi segundo emprendimiento y estaba haciendo todo lo posible para que saliera adelante. Además, luchaba por pagar un préstamo de aproximadamente $232,000 pesos Mexicanos, el cual utilicé para comprar pantallas y refacciones de celular.

Vendía las pantallas a través de Mercado Libre, Amazon y mi local. Al inicio, vendía aproximadamente 3 piezas por día, no era mucho, pero cubría mis gastos. Después de 5 meses, ya vendía 7 pantallas al día. En ese momento, los repartidores de DHL empezaron a preguntarme qué hacía y qué vendía. Después de 2 años, estaba vendiendo un aproximado de 23 pantallas al día. Tenía técnicos y personal de atención, y cuando todo parecía ir mejor, una situación lo cambió todo: me empezaron a robar.

Me di cuenta de que las cajas con refacciones y pantallas que recibía tenían faltantes de 1 o 2 artículos. Al investigar dónde se encontraban, nadie podía darme respuesta. Luego fueron 5 artículos y, un día, pasó lo que más temía: desaparecieron 2 cajas con productos entre Estados Unidos y México. La primera caja tenía $88,000 pesos Mexicanos en producto y la segunda $55,000. (nunca olvido estos números, jejeje) Me habían robado casi $150,000 pesos en mercancía. Al venderlas, obtenía una ganancia, por lo que me dejaron sin mi inversión, sin mi utilidad y, lamentablemente, con dos meses de espera para que llegara un nuevo pedido.

Desafortunadamente, por más que intenté recuperar el producto, no lo logré. No supe quién los robó, todas las personas con las que hablaba en paquetería para obtener soluciones me mantenían en salas de espera y retrasaban mi cita de una fecha a otra. Finalmente, se concluyó que las pantallas, al no provenir directamente de compañías como Apple o Motorola, eran consideradas como "fayuca" y la paquetería no me las aseguraba.

Los meses posteriores fueron difíciles; hice todo lo posible para evitar que volviera a suceder, pero aún así me robaron otra caja con $18,000 pesos en productos. Tuve que cambiar toda mi logística. Cuando todo se calmó y volvió a la normalidad, tuve la oportunidad de reflexionar.

Reflexioné sobre la necesidad de mejorar los procesos en mi negocio, aumentar la seguridad y no depender de artículos considerados como "fayuca". También pensé en lo importante que era para mis clientes y para mí que todo lo que compramos en línea llegará a tiempo, bien empaquetado y, sobre todo, con garantía.

Mientras reflexionaba, comenzó a dolerme la espalda. Mi cuerpo había estado tan tenso los últimos meses que, cuando se relajó, empezó a pedir ayuda. Vi la silla en la que estaba sentado (era la que usaba todos los días) y me di cuenta de lo maltratada que estaba. Su respaldo estaba débil con unos huecos en forma de “Y” en la esponja del asiento y del respaldo que me hacían sentir cansado.

Durante los últimos años, había estado tan preocupado por reinvertir y pagar lo que debía que había descuidado mi bienestar y el de mi equipo. A pesar de que me dolía la espalda de vez en cuando, siempre pensaba que no era el momento adecuado para comprar nuevas sillas. 

Pero esta vez era diferente. Quería cambiar y no estaba dispuesto a sacrificar más mi salud ni a seguir con dolores, sentirme incómodo o menos productivo. Si quería mejorar, tenía que hacerlo completamente.

Decidí sumergirme en un nuevo capítulo: mejorar la logística, perfeccionar mi producto y aumentar mi seguridad. La experiencia me abrió los ojos, no solo a la importancia de cuidar mi salud, sino también a la necesidad de ser más productivo y mantenerme enfocado, sin preocuparme por dolores de espalda, sino en hacer crecer mi negocio y superar retos.

Recordé lo que me había dicho un amigo hace tiempo: "Hay dos cosas en las que vale la pena invertir: 1.- En una buena cama y 2.- Si trabajas frente a una computadora, una buena silla de escritorio". Tenía mucho sentido; resolver esto podría aumentar mi productividad, mejorar mi bienestar, descansar mejor y proyectar elegancia ante mis clientes.

Así que decidí comprar nuevas sillas. Las que me gustaron estaban hechas de espuma inyectada en frío, similar a la utilizada en los automóviles, lo que evita que el asiento se deforme con el tiempo o se formen hendiduras. Además, su acolchado me brindaba comodidad, el respaldo automáticamente mejoraba mi postura corporal, y los ajustes en descansabrazos y asiento me ofrecían lo que deseaba sin siquiera saber que lo buscaba.

Durante los siguientes meses, mi equipo y yo estábamos fascinados; nuestra productividad había aumentado y la fatiga prematura había desaparecido. Sin embargo, aún me faltaba resolver cómo sustituir mi producto "fayuca". Fue entonces cuando me di cuenta de todas las personas que enfrentan este problema. No importa si eres empresario o independiente; todos tenemos retos o preocupaciones más importantes que los dolores de espalda, fatiga y mala postura que nosotros mismos provocamos al no prestar atención a dónde nos sentamos durante 8 horas o más.

Y, sin lugar a dudas, lo que necesitamos es mostrar liderazgo, tener una buena postura y energía, no solo en el trabajo, sino en nuestra vida diaria.

Por eso, decidí iniciar un proyecto dedicado a mejorar la experiencia de quienes, como yo, pasan horas frente a una computadora.

  • Devolución sin complicaciones

    30 días de prueba ¿No estás satisfecho/a? solo envíala de vuelta.

  • Envió gratuito

    Recibirás tu producto en un lapso de 5 a 8 días. 

  • Garantía excepcional

    5 años garantizados por cualquier defecto.

  • Pago contra entrega

    Solo en ZMG

Así se fundó DUX. Mi objetivo es claro: ayudar a las personas que, al igual que yo, trabajan largas horas frente a una computadora y necesitan estar cómodas y proyectar liderazgo. ¿Por qué comodidad y liderazgo? Porque aprender a cuidar de uno mismo, a mantener una postura firme y saludable, es un rasgo de elegancia y fortaleza que todos deberíamos tener.

Además, mejorar nuestra postura corporal mientras somos realmente productivos es una declaración de compromiso con la salud y el bienestar en el trabajo, elementos esenciales para quienes buscan destacar en sus roles profesionales.

DUX no trata solo de sillas, sino del empoderamiento a través del cuidado personal, de mostrar liderazgo, de cuidar la postura y de verse fuerte y elegante mientras trabajamos intensamente para alcanzar nuestros objetivos, sin preocuparnos por el envío, la garantía o la calidad del producto.

Esto es DUX. Una nueva forma de trabajar.